Esta es mi batalla ganada - Por: Cintia Rosas

Solo una imagen que para cualquier persona sería una imagen más. 


Desde los 15 años llevo librando una batalla conmigo misma, con el espejo y con la gente que me rodea, que no me entiende, que me pide que me detenga, que se pregunta como no me doy cuenta de lo que me hago a mí misma. 
Una batalla que por momentos me hace tirar la toalla, me hace esconderme, encerrarme en alguna habitación y en plena soledad tirar sin parar, sin medir, sin pensar.
La tricotilomanía es la causa de esta guerra y el frente de batalla, casualmente, se ubica en mi frente. Tengo un cabello abundante, oscuro y lacio, para lucir de la manera que quiera, como cualquier mujer de este siglo. Sin embargo arranco mi pelo y elijo solo un lugar para hacerlo: el flequillo.
¿Qué si sé lo que hago? ¡Por supuesto! Lo supe un día inesperadamente y fue un shock enterarme que lo que tenía era una enfermedad con un nombre específico. ¿Qué si me doy cuenta del desastre que es mi frente? Claro que sí. Veo todos los días un flequillo sin forma, con manchones de pelo faltante, con pelo enrulado (porque al ser arrancado y volver a crecer, me crece diferente) ¿Si entiendo que no me queda bien estéticamente? Todos los días busco frente al espejo una manera diferente de peinarme, para ocultar lo que hago, para que la sociedad no vea que estoy enferma… Porque para los cánones de belleza actuales, una mujer enferma no es atractiva, no es deseada, ni aceptada, por lo tanto, no debe ser visible.
Entonces ¿Puedo detenerme? Para esa pregunta, la respuesta es NO. Aunque sea consiente de todo lo que me ocurre, aunque entienda las consecuencias (y muchas veces, también las causas) así y todo no puedo detenerme, por que el solo hecho de detenerme sería CURARME.
Ahora bien, hay algo para destacar en esta guerra: nunca icé la bandera blanca, nunca me rendí, pero sí cambié de enemigo. Dejé de lidiar con la Tricotilomanía y empecé a pelear para buscar soluciones. Sabiendo que no hay tratamientos específicos, ni medicamentos, ni terapias, ni especialistas. Lo importante siempre fue buscar lo mejor para mí; aquello que me hiciera bien, a pesar de todo. Y entonces un día mi trico se fue (aunque esa es otra historia) y ahora, por medio de este blog, puedo acompañar a otros en su propia búsqueda y su recuperación.
Durante años me acostumbré a vivir sin flequillo, a peinar el poco pelo de ese lugar de diferentes maneras, a enojarme conmigo, a pelearme con el espejo. Y en este punto, tal vez sólo las personas con trico me entiendan: Ahora que lo recuperé ¿Cómo no voy a fotografiarlo? ¿Cómo no voy a peinarlo y mirarlo e incluso admirarlo?. Es el resultado de una batalla ganada. Es el resultado de mi propia batalla, que me recuerda no quedarme quieta, seguir buscando, ser sincera conmigo misma y no importarme la mirada ajena, porque siempre tuve presente que estamos hablando de una enfermedad.
Sólo me queda decirles, a todos aquellos que luchan con su trico cada día de sus vidas: sean buenos soldados; no abandonen la batalla. En el camino se encontrarán con otros. Todos estamos en la misma guerra.
Y si un día salen victoriosos, ¡¡cuéntenle a los demás!! Comuniquen sus propios triunfos. Solo nosotros sabemos lo que es luchar con esto cada día. Y no hay dudas que para otros será bueno tener presente que la victoria puede estar más cerca de lo que imaginamos.

La administradora. 

Comentarios

  1. Hola!! Que linda es leer parte de tu batalla. En la mayoría de tus líneas, me siento identificada; he perdido amigos, me he escondido, me he enojado conmigo, me he hasta odiado...
    Hoy estoy en plena lucha... hay momentos que no paro.
    Me pasó lo mismo; mirando una serie por Fox (2002) mientras estudiaba para el Terciario, ví que un alumno, sentado en un pupitre, le decía a su docente que tenía Tricotilomanía (la docente le había llamado la atención porque arrancaba su pelo). Esa noche, tuve miedo; pero también supe, que tenía "algo llamado trico"... y me puse a investigar. Mucho no descubrí; pasé por terapias varias, psicofármacos, vergüenzas, etc. Hoy tengo 36; sé que existe desde mis 13; y por un suceso inesperado, se quedó a los 15 para siempre en mi vida. Hoy sigo peleando; busco tener un pelo largo y fuerte, verme al espejo con peinados y que no sobresalgan pelos cortos (porque no me los arranco, me los corto, y juego con las puntas abiertas; los llevo a mi boca, y los muerdo en pedazos...)
    ¿Cómo parar? ¿Cómo lograrlo?. No sé; pero sí sé que no estoy sola, que somos muchos que tenemos esta enfermedad, y le vamos a ganar.
    Comparto mi historia, en parte...
    Cariños a todos, y sí, se puede... a no bajar los brazos!!!

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    1. Hola! Gracias por compartir tu experiencia. Me alegro que puedas sentirte identificada y acompañada. Es mi objetivo. Saludos!!!

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  2. Me encanto leer esto. Yo vivo esta enfermedad sola. Me encanta tu pagina de facebook pero no soy capaz de poner me gusta o algo asi por verguenza de que otros lean o vean eso y pienso que a muchos nos pasa eso pero apoyamos en nuestro interior y leemos todo. Espero lograr ser valiente como tu para que no me importe lo que el resto pueda opinar . Llevo 8 años ya con trico y se han pasado volando. No lo puedo controlar y nunca he podido dejarlo por algun tiempo se me hace demasiado dificil. Decidi cortarme el pelo como varon y asi tratar de no tirar pero no lo logré y sigo tirando . Tambien he intentado no centrarme en el problema y aceptarme asi pero nada de eso me da resultado. Pienso con miedo que siempre tendre mi pelo asi y quiza en unos años mas no me crezca pelo . Es horrible saber qe estas enfermo de algo que no tiene cura definitiva. Lo odio

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    1. Hola!! No lo odies; es tal cual lo titula... pero para nosotras a futuro, "una batalla a ganar".
      No te sientas mal; hacete amiga, aceptala, aceptate... ¿El resto, que importa? Nadie debe juzgar a nadie... de hecho, nosotras, tenemos un trabajo fuerte, y es día a día, superar-lo/nos.
      Te cuento, tal cual lo escribí arriba, ya no me avergüenzo; la pasé mal por esconderme, no mostrarme. Hoy si lo hago, en cualquier lugar que esté, me siento incómoda, mal... pero sé que es un impulso, que es algo involuntario y sé, y creo, y tengo fé... que en un momento desaparecerá. Aceptando esto, te juro, bajó la ansiedad y cada vez, lo hago menos. Hay días que pasan que no me toco un pelo, hay otros, cuando me enfoco en estudiar, o veo una peli (aburrida) o hago algo que no tengo ganas, ocurre. Trato de detectar CUANDO/COMO/DONDE/PORQUE sucede... y de a poco, YO, CECILIA, GANO.
      Nací, vivo y disfruto cada día... no me preocupo, no me angustio si pasa. Acepto ser como soy, con lo que tengo, con lo que llevo, como puedo; le conté a mis amigas más cercanas lo que me pasa. Y una de ellas me dijo: investigué lo que es... y me imagino como la pasás. Y me encantó que lo haya hecho, y por eso, no me siento sola. Y sí alguien me dice algo, allá ellos. Como si no me fuera difícil el instante ese...
      PERO TODO PASA... TODO PASA.
      QUEDATE RE TRANQUILA, QUE TODO PASA.
      SÉ FELIZ Y ACEPTATE, NO ODIES. AMATE, CON PELO, SIN PELO.
      VOS PODES.

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    2. Cada uno tiene su momento para hacerlo público y contarle al mundo lo que vivimos. Tomate todo el tiempo que necesites para hacerlo. Igual me alegro que sigas la página, asi podemos acompañarte y que comentes, aunque sea anónimo. Saludos!!

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  3. Algunos llevamos tirándonos del pelo, desde muy pequeños, en una batalla “con unos mismo/a”. Cuantas veces nos han dicho, “¿por qué no paras?” o “déjate el pelo”, y, la mano vuelve otra vez a la cabeza, en ocasiones de forma automática al principio, y en otras conscientemente, porque nos produce cierto alivio y placer.
    Siempre luchando por no tirar, por controlar la mano, por que no me vean como tiro, porque ya no puedo más, y, sigo tirando. Se pierde la batalla cuando lo dejamos a nuestra capacidad de tener más o menos voluntad. Es verdad que algunos tenemos en común que en momentos de nuestra vida, cuando hemos tenido una motivación muy específica, hemos conseguido no tirar, pero con el tiempo hemos vuelto al hábito.
    Se dice que en general hay dos formas de tirar la “automática” y la “focalizada”. Normalmente en la mayoría de los que padecemos tricotilomanía -TTM-, van unidas, preponderando una de ellas.
    Nos tiramos o bien porque no nos gusta como tenemos el pelo de determinada parte de nuestro cuerpo o bien porque llevados de un estado de ensimismamiento, empezamos sin darnos cuenta y luego seguimos. Luego no hay quien pare.
    Te animo Cintia a seguir buscando soluciones y a aceptar que el problema es parte de nosotros, y que aunque nos produzca malestar, tristeza, depresión, ansiedad, etc., lo tenemos que aceptar, pero sin resignarnos, sabiendo que nuestra vida y nuestra imagen, es más que la TTM.
    La búsqueda de soluciones ha de venir, primero de la aceptación de uno mismo, con todos nuestros defectos y virtudes, porque somos únicos y merecemos lo mejor, y también, de la ciencia, desde el enfoque riguroso y objetivo de la investigación y de lo que se sabe y conoce actualemnte acerca de la TTM.
    Ánimo Cintia, seguimos en contacto y manteniendo nuestra amistad, aunque medie un océano entre nosotros. La amistad es una de las cosas que está por encima de nuestra TTM. Como bien dices no te rindas y adelante. Cuídate y premiate cualquier logro por muy pequeño que sea.
    Tu amigo José Manuel, desde España. (www.tricotilomania.org)

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    1. Aquí Cecilia desde Buenos Aires; gracias por las palabras a Cintia, las tomo propias.
      Gracias porque a pesar de los kms... todo nos ayuda a seguir.

      Aceptarnos es clave... con defectos y virtudes. Somos seres únicos e irrepetibles... y somos lo mejor de nosotros mismos con todo esto.

      #TTMnotetenemosmiedo #enlucha

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    2. Muchas gracias José!!! Siempre es muy importante para mí tu aporte!!! La amistad es lo que rescato de todo esto, porque siempre estás presente apoyando y acompañando nuestras actividades. Te aprecio mucho!!!

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  4. Que lindo es haberlos encontrado. Después de leerlos, me doy cuenta de que nunca fui firme para ganarle, siempre me dejé llevar. Y las veces que puedo controlarme es más por verguenza que por fuerza de voluntad. Les mando un cariño a todos. Marcela

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    1. Hola Marcela, cuando me refiero a darle pelea a esto, no me refiero a controlarme para no tirar. Eso no sirve. Hay que hacer terapia, detectar qué es lo que nos produce tirar y trabajar sobre eso. Esas tres cosas parecen simples pero requieren de mucha voluntad y perseverancia. Esa es la batalla. Un beso!!!

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  5. Hola chicas/os , que lindo fue encontrarlos ! También padezco Trico y desde que los leo todo cambió, saber que no estoy sola , saber que otros están en la misma lucha me ayuda , me da más ánimo , más aliento a buscar una salida que se costará pero vale la pena hacerlo.
    Todas mis vacaciones me las pase tirando y tirando , por momentos me daba cuenta , por otros no , pero me costaba dejar de hacerlo , casi siempre pasa cuando estoy viendo TV , nose porque.
    Leerlos me lleno de fuerzas , llevo gracias a Dios 5 días sin jalar y lo estoy anotando día a día en un cuadernito , es poco tiempo ,lo sé , pero estoy muy bien cuando al final del día marco un día más de logro ! Tengo 30 años , padezco este calvario desde mi adolescencia, nose que la desencadeno , lo que si se es que quiero salir adelante y poder disfrutar de mi pelo , de mi vida !
    Les mando muchos cariños .
    Gracias por estar ahí!

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    1. pido disculpas porque a veces pasa tanto tiempo y no respondo. Gracias por tus palabras tan atentas y lindas. Todos nos acompañamos, un abrazo.

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