Empecemos a hablar de salud mental


 Estos son varios mensajes que suelo recibir con frecuencia. Los cuales demuestran claramente el desconocimiento que se tiene del trastorno. Esto no es una crítica ni mucho menos; al contrario, son personas que han lidiando varios años creyendo que eran los únicos con esta condición y que al encontrar la página escriben en su desesperación y apuro porque su trico se vaya.

Para los que piden ayuda, pienso en lo poco valorada que está la salud mental. Ya que si tomamos una complicación física, por ejemplo un esguince, un pico de presión, una migraña, no vamos a estar escribiendo a una página de Facebook pidiendo ayuda. Sabemos a dónde ir y a quién pedírsela. Pero en este caso, no solo se desconoce la importancia de pedir ayuda a un profesional del área de la psicología, sino que además, cuando les explico que es eso lo que deben hacer, lo cuestionan, o me plantean que no se animan. ¿Desde qué concepción de la salud mental partimos para avergonzarnos de hacer una consulta? ¿Para descreer de la efectividad de un tratamiento? ¿Para relacionar el tratamiento psicológico sólo con la demencia?

¡Cuánto nos queda por transitar en este camino lleno de prejuicios e ignorancia por años transmitida de generación en generación!

Por otra parte, que quien se comunique pregunte de dónde somos o explicar él dónde vive (como se puede ver en otros mails), se refiere pura y exclusivamente a la intención de buscar una cercanía física, que haga que se pueda concurrir a un lugar (entiéndase clínica, centro de salud, consultorio, entre otros) donde atiendan a personas con trico.

Y acá nuevamente tomo el ejemplo anterior y repito: en una complicación física como esguince, pico de presión, migraña, sabemos a dónde ir y a quién pedírsela; pero en este caso eso no existe.

No hay nada tal como una “clínica para el tratamiento de la tricotilomanía” ni mucho menos un grupo de apoyo a donde pueda concurrir una vez por semana a encontrarme con pares y siendo coordinado por un psicólogo, como ocurre, por ejemplo, con alcohólicos anónimos.

Apenas hay un puñado de psicólogos que se interesan al menos por leer algo del trastorno cuando llega un tricotilómano a su consulta. Al resto no solo no les interesa, sino que ni siquiera hablan de la trico con su paciente que la padece. Es en vano esperar que alguno organice un grupo de apoyo mutuo con todo lo que implica informarse para poder llevarlo adelante; tiene más ganancia atender de manera particular y es menos trabajo.

En cuanto a los grupos de whatsapp, acá va mi humilde opinión, donde quizá me avalen los 20 años que llevo con TTM: 

- ¿Quién los organiza? 

- Una persona con trico, que está en la misma situación que la persona que me está escribiendo el mail

- ¿Qué se hace en un grupo de whataspp? 

- Se comparte información (que también se puede encontrar en una página o un blog como este) se habla de trico de una manera donde se puede hacer catarsis y lamentarse por lo que se vive y se lidia a diario.

En un grupo de whatsapp se da una palabra de aliento, no lo niego y para una persona que no habla sobre esto hace años, puede serle útil en un principio. Pero eso no tiene nada que ver con un tratamiento genuino, con un trato profesional como el que se puede encontrar en terapia. Con lo cual, no pretendamos encontrar un tratamiento en un grupo de whatsapp, ni hablar de una recuperación del trastorno. 

Pensemos en alguien que sufre por ejemplo de obesidad y se une a un grupo de obesos, puede encontrar como ya dijimos, desahogo, contención, empatía porque el resto  del grupo vive lo mismo. Pero para tratar su enfermedad debe asistir a una clínica y ponerse un tratamiento al hombro.

Para resumir, comparto estos fragmentos de mails que recibo porque todo el tiempo me llevan a reflexionar sobre cuánto necesitamos que la salud mental deje de correrse del lugar de que es solo demencia y realmente se tome como corresponde, de una manera seria, como tomamos un tratamiento médico para cualquier enfermedad física.

Necesitamos que los gobiernos la tengan en cuenta y la incluyan en planes de salud, en obras sociales, en prepagas. Necesitamos que la sociedad en general la incluya en su vida cotidiana, la naturalice, LA MENCIONE!!

Pero también de pende de nosotros que eso ocurra en algún momento. Es tarea nuestra continuar hablando cada vez más y cada vez más alto sobre ella para alcanzar esas metas.

 

Cintia Rosas

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