Vivencias (relato de cómo llegó el libro sobre TTM) - Por Cintia Rosas

Esta tarea que me propuse y comencé hace tres años, me ha dado experiencias de todo tipo. Nuevamente, días atrás tuve una de esas, que puedo decir, ha estado cargada de emoción. 
El libro en mis manos
Me enviaron desde EEUU el libro del cual participé (escribiendo uno de los capítulos) y que fue publicado el año pasado.
Esta experiencia inicia cuando recibo en mi casa la notificación de que la encomienda se encuentra en la ciudad de La Plata y que tengo solo 30 días para retirarla. Y allí me dirigí, un viaje conmigo misma y con mis recuerdos.
Glorieta en Plaza San Martín.
La Plata, Bs. As., Argentina.
Para quienes no son argentinos, La Plata es una ciudad hermosa, que se caracteriza por tener excelentes universidades, con lo cual se ha convertido en una "ciudad de estudiantes". Miles de jóvenes de diferentes lugares del país residen allí con el propósito de obtener un título universitarios. Al igual que muchos, viví como estudiante en La Plata durante dos años increíbles, donde me llené de experiencias que me ayudaron a crecer. También fueron años donde mi tricotilomanía estaba muy avanzada y yo aún desconocía de qué se trataba. Fue la etapa más difícil, ya que en mis días de estudiante tiraba constantemente de mi pelo. 
Habiendo llegado a la ciudad, lo primero que me encontré fue un complicado servicio para recibir encomiendas internacionales. Es increíble como no podemos terminar con tanta burocracia en Argentina; papeles, fotocopias, códigos, datos, información innecesaria que debe aportar las personas que van a recibir algo proveniente de otro país. A pesar de todo, ya estaba ahí, no podía volver otro día y valía la pena intentarlo.

Con el tiempo justo llegué a cumplir esos incomprensibles requisitos. Y más incomprensible fue mi llanto para el despachante de aduana, cuando me entregó el sobre con el libro, mi libro, porque en parte también es mío.
Y lloré, sin consuelo, con un llanto que parecía contenido desde hacía muchísimos años, con un llanto que limpiaría tantos años de ocultamiento, de incomprensión. Sentí en ese momento liberarme de prejuicios, recordé a mucha gente que me ha acompañado en este camino de liberación, de lucha, de difusión.
En Plaza Moreno. Detrás, entre los árboles, se ve la catedral
 de la ciudad de La Plata. 
Caminando por Plaza Moreno, dirigiéndome a la Catedral de la ciudad, tuve la certeza de estar terminando al fin con una historia dolorosa. Antes había ido a aquella ciudad con mucha incertidumbre de no saber que significaba esa conducta de hacerme tanto daño. Ahora volvía, habiendo superado mis dudas, habiéndome aceptado y aprendido muchísimo. Hoy, al fin el libro está en mis manos, como también está en ellas mi sanación.


La administradora

En esta experiencia, 
va un agradecimiento especial
 a mi amiga  Romina.

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