El tratamiento de niños con TTM
Los niños pueden ser tratados de manera muy efectiva con el enfoque cognitivo-conductual que se usa para tratar adultos. Sin embargo, cuando se trabaja con niños, hay que hacer algunas consideraciones especiales. Cuando los niños tienen dificultades con TTM, éstas se convierten en un reto para toda la familia. El tratamiento, durante un tiempo, debe incluir a los padres. Cada etapa de desarrollo tiene sus propios desafíos, que también deben abordarse durante el proceso de tratamiento. A veces, la motivación puede ser un obstáculo al trabajar con niños. Los terapeutas experimentados en trabajo con niños ayudan a que se inicie un cambio en el comportamiento a través de un sistema de recompensas bien desarrollado, también trabajan con los padres para desarrollar técnicas que logren mantener con éxito los nuevos comportamientos. Cada niño y cada familia tienen necesidades diferentes y únicas, aunque ciertas edades y etapas de desarrollo tienen algunas cosas en común.
0-5 años
Cuando el arrancarse el cabello se produce en esta etapa (0 a 5 años de edad) a menudo es nombrado como "tricotilomanía de bebé". En el tratamiento de estos pequeños, los padres deben ser los que se involucren de manera más importante. Los niños a esta edad están muy acostumbrados a que sus padres guíen, dirijan, y estructuren su comportamiento y su entorno. Dado que estos niños son tan dependientes de sus padres para la mayoría de sus necesidades, para ellos es muy importante que sus padres guíen, dirijan y estructuren el tratamiento de forma consistente con esta etapa de desarrollo. Los niños muy pequeños suelen responder muy bien al tratamiento. En esta etapa les corresponde completamente a los padres supervisar, controlar y gestionar el proceso de tratamiento con la guía de un terapeuta experto en el tratamiento de TTM con niños muy pequeños.
6-9 años
Cuando los niños de 6 a 9 años de edad se involucran en TTM, el tratamiento es similar a la de los niños más pequeños, sin embargo, estos tienen mayor capacidad de participar en el tratamiento. En esta etapa, los niños pueden ser más elocuentes y se interesan en el mundo que les rodea. Para ayudar a que participen, se introduce un sistema de recompensas bien desarrollado, donde el uso de la atención positiva (y no en la conducta de arrancar) puede ser de gran ayuda. Crear sistemas eficaces de recompensas puede ser un reto y a menudo es mal entendido. En este caso, será muy útil contar con un terapeuta capacitado para trabajar con enfoques cognitivo-conductuales en niños.
10-13 años
Los niños pre-adolescentes son ciertamente más independientes, sin embargo, todavía necesitan cierta orientación, apoyo y estructura por parte de la familia. Los sistemas de recompensas a esta edad a menudo siguen funcionando bien para ayudar a enfocarlos y motivarlos. El tratamiento será más exitoso, si se les permite que participen plenamente en el desarrollo de estrategias y de estructura. A menudo las familias necesitan apoyo y orientación sobre su participación en esta etapa. Muchos padres necesitan información periódica con respecto a la cantidad de ayuda que se debe dar y lo que deben hacer si ven a su hijo arrancarse el cabello. Durante el tratamiento el papel de los padres irá evolucionando y cambiando, dependiendo del temperamento del niño, sus necesidades, y la etapa de tratamiento.
14-18 años
Los niños de esta etapa a menudo establecen una adecuada forma de independencia. En el mejor de los casos, la adolescencia para ellos es una etapa de retos. Sin embargo, cuando un adolescente tiene la carga añadida de sufrir TTM, esta etapa de la vida puede ser extremadamente difícil. En este punto, el adolescente tendrá que tener un sentido de la privacidad mientras trabaja en la conducta de arrancarse el cabello. Por lo tanto, el contacto de los padres con el terapeuta tendrá que ser limitado. Los padres pueden preguntarse qué está ocurriendo en el tratamiento y no observar progresos. Los adolescentes necesitan tiempo para procesar la información a su manera. A veces, este tiempo de procesamiento tiene el fin de lograr ser capaces de participar plenamente en su tratamiento. En algunos casos la terapia puede consistir en ayudar a los adolescentes a estar listos para participar en la terapia. Otras veces, el adolescente simplemente no está listo o no es capaz de iniciar el tratamiento, aunque el padre esté más que preparado. Muchas veces, los padres necesitan una gran cantidad de apoyo para ayudar a sus hijos a navegar por estos tiempos inciertos. Debido a estas circunstancias, los padres pueden necesitar algo de apoyo y orientación para abordar sus preocupaciones con el fin de aliviar la presión en casa
Traducido y adaptado de: TLC, EEUU. (http://www.trich.org/)
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